¿Por qué el queso marida bien con el vino?

¿Por qué el queso marida bien con el vino?

El queso y el vino son dos productos que se complementan a la perfección, ya que ambos tienen una gran variedad de aromas, sabores y texturas que pueden crear armonías o contrastes interesantes. Además, el vino tiene la capacidad de potenciar el sabor del queso y limpiar el paladar de la grasa que deja este alimento. A la hora de maridar vino y queso hay tres reglas que es recomendable seguir:

  1. Hay que saber con qué tipo de leche está elaborado el queso (oveja, cabra o vaca).
  2. Cuál es su tiempo de maduración.
  3. El sabor del queso nunca debe ser más fuerte que el del vino.

¿Qué ventajas tiene tomar vino con un queso para untar?

Los quesos para untar son aquellos que tienen una textura cremosa, como el queso Oro Noble D.O, Dehesa Real Pasta Blanda o Crema de Queso Quesunta. Estos quesos suelen tener un sabor característico y un alto contenido en grasa, por lo que necesitan vinos que los refresquen y los equilibren. Los vinos con aguja y los vinos espumosos son ideales para este tipo de quesos, ya que el carbónico o las burbujas potencian las buenas sensaciones en boca y ayudan a limpiar el exceso de grasa de estos quesos con la acidez de estos vinos. También se pueden elegir vinos blancos secos y ligeros, como un albariño o un verdejo, que aporten frescura y frutalidad.

¿Qué tipo de vinos (tinto, blanco o rosado) son adecuados para cada tipo de queso?

No hay una respuesta única para esta pregunta, ya que depende mucho del gusto personal de cada uno y de las características específicas de cada queso y cada vino. Sin embargo, se pueden dar algunas pautas generales basadas en la intensidad y la complejidad de los sabores:

– Los quesos tiernos y suaves, como el queso de tetilla, el camembert o el gouda, suelen maridar bien con vinos blancos jóvenes y afrutados, como un chardonnay o un sauvignon blanc, o con rosados ligeros y aromáticos, como un garnacha o un pinot noir.

– Los quesos semicurados y semiduros, como nuestros queso semicurado Dehesa Real, el idiazábal o el emmental, pueden acompañarse de vinos blancos secos con crianza en madera, como un viura o un chenin blanc, o de vinos tintos jóvenes y suaves, como un tempranillo o un merlot.

– Los quesos curados y duros, como nuestro queso curado Dehesa Real, el parmesano, el gruyère o el pecorino, requieren vinos con más cuerpo y estructura, como un tinto crianza o reserva, un blanco fermentado en barrica o un espumoso complejo y elegante.

– Los quesos azules y picantes, como el roquefort, el cabrales o el gorgonzola, son los más difíciles de maridar, ya que tienen un sabor muy intenso y salado que puede dominar al vino. Una buena opción es buscar contrastes con vinos dulces y generosos, como un oporto, un moscatel o un pedro ximénez.